jueves, julio 02, 2009

TUVE UN SUEÑO...


La Mujer y el Armario Verde

Hace unos años tuve un sueño en el cual yo estaba en una vieja ciudad del Oeste del tipo Dodge City de la serie de TV “Gunsmoke”. Estaba parado en frente de lo que pudo haber sido el “Saloon” (bar antiguo del oeste) mirando hacia las barrosas calles. Mientras estaba parado ahí escuché el ruido de una carreta estirada por un caballo acercándose por la izquierda, subiendo por la calle. Cuando me volteé para ver, vi a un anciano decrépito manejando un caballo con alguien caminando bien cerca detrás como si estuviese siendo estirado por la carreta.

Cuando la carreta se acercó pude ver que el viejo estaba agarrando a una joven por su brazo izquierdo. Ella llevaba un vestido que alguna vez fue largo y hermoso, pero ahora estaba rasgado y andrajoso. Sus piernas desnudas estaban cubiertas con barro y no tenía zapatos. Su cabello era largo y despeinado y colgaba cubriéndole el rostro mientras ella se tambaleaba, doblándose detrás del vagón.

Había una caja verde posada sobre la carreta que parecía esos antiguos armarios con la parte superior en forma jorobas de camello. Mientras la carreta se acercaba pude ver que ¡la mano izquierda de la mujer estaba atada al armario! Justo cuando el conductor estaba pasando frente a mí y preguntándome qué hacer, Jesús salió de hacia atrás mío y ordenó al anciano a que pare. El lo hizo, y con una expresión arrogante en su cara miró a Jesús y dijo: “Está bien sabelotodo, ¿ahora qué?”

Jesús dijo: “Desátala y déjala ir”.

Entonces el anciano dijo una cosa muy curiosa: “No la tengo encadenada. ¡Ella está ahí porque quiere estar!” Miré a la mujer ¡y él estaba en lo cierto! La única cosa que la ataba era ella misma agarrando el viejo armario verde.

Entonces Jesús dijo: “Ven aquí mi amor. Ven conmigo”. Entonces terminó el sueño.

Interpretación

Pienso que la mujer es la Iglesia, así que en ese sentido el sueño es para todos nosotros que somos la novia de Cristo. La carreta es la maquinaria de denominaciones que ha estado enraizada por 1.700 años. La caja son las tradiciones huecas, doctrinas que mantienen a sus miembros cautivos así como los deseos de este mundo en nuestra naturaleza pecaminosa. El anciano es el diablo. El barro el es pecado inconfeso que se pega a nosotros (Jn. 13:10).

La mujer no tiene zapatos porque en su estado pecaminoso ella ha perdido las sandalias del evangelios de la paz (Efesios 6:15 y Lc. 15:22). Ella lleva un viejo vestido que revela su desnudez porque no se ha desprendido de su propia cubierta de justicia propia y auto- justificación. Ella no se ha vestido de sus vestidos de boda de la justicia de Dios, o si alguna vez lo tuvo ella lo dejó (Is. 47:14). Jesús la invita a voltearse 90 grados del camino por el que ella ha andando y que vuelva a su nivel superior y “more en los lugares celestiales” en El. A ella no se le pidió que vuelva a donde primeramente se unió al vagón, ni se le alienta a tratar de cambiar el armario, la carreta, o la mentalidad del conductor de la misma (Apocalipsis 18:4 y Hageo 2:9). El caballo estirando la carreta representa la voluntad propia del hombre y sus instituciones religiosas controladoras.(Is. 31:1-5)

Por Michael Clark
(Traducido por Jorge A. Bozzano)


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