viernes, abril 24, 2009

LA SOLEDAD DE UN CRISTIANO


La soledad de un Cristiano es el resultado de su andar con Dios en un mundo perverso; un caminar que muy a menudo lo lleva a apartarse de la comunión con buenos cristianos así como del mundo no regenerado (los no conversos). Sus instintos dados de Dios claman por compañía con otros de su mismo sentir, otros que puedan entender sus deseos, sus aspiraciones, su absorción en el amor de Cristo; y debido a que dentro del círculo de sus amigos hay tan pocos que comparten sus experiencias internas, él se ve forzado a caminar solo. Los deseos insatisfechos de los profetas por comprensión humana los causaba a clamar en sus quejas, y aun nuestro Señor sufrió de la misma manera.

El hombre [o mujer] que actualmente ha experimentado internamente la divina Presencia, no encontrará muchos que lo entiendan. El encuentra a pocos que les interesa hablar aquello lo cual es el objeto supremo de su interés, así que a menudo está silencioso y preocupado aun en el medio de una ruidosa reunión religiosa. Debido a esto él recibe la reputación de ser aburrido y demasiado serio, y por eso es evitado y el espacio entre él y la sociedad se hace cada vez más grande. El busca a amigos en cuyas vestiduras él pueda sentir el olor de mirra y aloe y casia de los palacios de marfil, y al encontrar solo pocos o ninguno, él, al igual que María, guarda estas cosas en su corazón.

Es esta misma soledad la que lo lleva hacia Dios. Su incapacidad de encontrar compañía humana lo conduce a buscar en Dios lo que no puede encontrar en ningún otro lugar.

"Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte." (Ap. 12:11)

Por A. W. Tozer

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sábado, abril 18, 2009

El Nuevo Exodo



Dios siempre está llamando al hombre hacia una relación más alta con Él mismo, en Cristo. Para que esto suceda, debemos estar dispuestos a dejar atrás todo lo que una vez amamos. Incluso las cosas buenas que Dios ordenó un día pueden estorbarnos si dejamos que adquieran más significado para nosotros que seguir al llamado de Su Espíritu.
La naturaleza del alma del hombre en su necesidad de tener una ciudad permanente o incluso edificios para la adoración aquí en la tierra, ha resistido la dirección del Espíritu de Dios a lo largo de los tiempos. Dios dejó claro desde el principio que Su única casa espiritual era la hecha con piedras vivas, los que de verdad Le aman y Le siguen sólo a Él.
Os desafiamos a cada uno de vosotros a escuchar la voz del Espíritu de Dios en vuestro interior y a obedecerle a Él y no a las tradiciones de los hombres que mantienen cautiva a tanta gente. Haced solo aquellas cosas que Él os pida. Si Él dice que os quedéis, quedaos, pero si Él dice que salgáis a Él, entonces salid solo a Él. Hay un llamado continúo hacia arriba para los santos de Dios. A todos los que oigáis Su llamado, ¡Bienvenidos al nuevo éxodo!


“Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.”
(Oseas 6:3)

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Escrito Por: George Davis y Michael Clark
Junto con Douglas Weaver
, Traducido por Pablo Gongora